Para los escritores, los no escritores y todo el mundo, éste tema siempre ha sido difícil. Por qué verso, por qué prosa. Nada de porqués, pasa a la acción, busca tu lugar.
Mi situación de joven escritor (sí, todavía soy joven y tengo tiempo para curtirme) me permite el tiempo necesario para tocar los géneros que quiera; de hecho, ya he probado la prosa y he probado el verso.
Si hablo de prosa, creo que me puedo expresar más fácilmente, pero me cuesta bastante. Mucha gente ha probado la prosa, o ve la prosa como algo fácil, eso es porque no se plantean el escribir [prosa] como algo serio. Yo, sin embargo, que me aventuro muy fácilmente en toda clase de proyectos, lo veo difícil, porque aún sabiendo lo que quiero no puedo ponerlo como quiero, no puedo plasmarlo, no sé si me entendéis.
Si la prosa me cuesta, no quiero contaros [lo que me cuesta] el verso. A ver, como en la prosa, hay veces que mi cerebro tiene arrebatos y los versos me salen solos, no sé ni de dónde. Sin embargo, últimamente me cuesta más y no escribo más que chapuzas. El verso se hace difícil cuando escribes prosa y la intentas transformar, porque ya no hablas tú.
Por eso, para elegir tu estilo, debes fijarte en el que te salga más natural. Déjate de buscar sinónimos y de cuadrar terminaciones [cuando no sea necesario], pues lo natural es lo que tú hagas. A ver, no digo que si ves que repites una palabra tropecientas veces en una frase no puedas cambiarla, pero cambia [palabras] sólo cuando sea necesario.
Bueno, no sé muy bien como ha quedado esta entrada, porque no soy yo muy de leer creaciones mías, que luego me arrepiento de lo que escribo y lo borro todo. Porque, para mí, lo importante es lo natural. Oye chico, que lo quieres cambiar, pues lo cambias, yo lo hago una y otra vez, pero lo cambio por otras cosas mías de mi invención.
Y eso es todo.
Gracias a los que os molestáis en leer estos momentos raros de reflexión que tengo.
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